(460-400 a.C)
Nacido en la ciudad de Atenas, Tucídides pertenecía a la familia de los Filaidas, lo que le hace descendiente con figuras famosas de la vida política de la ciudad como Cimón, célebre detractor de Pericles, o Milcíades, vencedor de la batalla de Maratón. El nombre de su padre Óloro, nos hace pensar que procedía de la Tracia. La fecha de su nacimiento no es segura, pero suele fijarse en torno al 454 o 460 a.C.
Su vida abarca prácticamente el periodo de las guerras del Peloponeso (431-421 a.C.), que enfrentaron a espartanos y atenienses y en las que se centra toda su obra. Cayó enfermo en la epidemia de peste que desencadenó en la ciudad y comenzó a escribir su Historias al comienzo del conflicto, en el que tomó parte de forma activa bajo el cargo de estratego a los treinta años. La explicación de que se le concediera un puesto tan importante a una edad tan temprana puede tener que ver con el hecho de que fuera responsable de la explotación de unas minas de oro en Tracia, dato que respalda también su supuesto origen tracio. Debido a un desafortunado incidente durante la batalla de Anfípolis (424 a.C.) fue condenado al exilio durante veinte años. Encargado de defender los puertos marítimos del ataque del comandante espartano Brásidas, llegó tarde con su armada y solo fue capaz de salvar el puerto de Eyón. No sabemos a ciencia cierta dónde pasó aquellos veinte años, pero es de suponer que su distanciamiento del conflicto le permitiese adquirir la relativa imparcialidad que se plasma en su obra. Además se mantuvo bien informado de los movimientos de ambos bandos. Su postura frente al líder ático Pericles y el régimen democrático que éste propugnaba puede considerarse como admiración, sobre todo teniendo en cuenta la orientación conservadora de la familia de Tucídides. Como persona de cierto prestigio social tuvo contacto con el rey Arquelao de Macedonia y su círculo de artistas por la mediación del filósofo peripatético Praxífaes.
Las circunstancias y lugar de su muerte han suscitado diversas conclusiones. Debido a que la obra aparece bruscamente interrumpida en medio de una frase, algunos han aventurado que fue asesinado, pero no podemos saber si esto sucedió en Atenas, donde está su sepulcro, o en Tracia. Jenofonte toma sobre sí el relevo de la narración y escribe la Anábasis como continuación de la historia de la guerra.
El motivo de que existan tan pocos datos fidedignos sobre la vida de Tucídides, lo que se ha dado en llamar el "silencio tucídideo", es que a pesar de ser una personalidad célebre, no destina apenas espacio en su obra para relatar sus propias vivencias, dedicándose exclusivamente a la narración de los hechos con la mayor frialdad posible.